Julian Moreno

Sin razón... al corazón (de mi madre).

Tus brazos sujetaban a un ser inocente

sin permiso de nadie, ella se dedicó a amar

emanante de tus brazos, el ser sintió un primer calor

(a este ser, la vida aun no le permitía razonar).

 

Tus párpados contemplaron un amanecer de manera rápida,

el guía de los primeros pasos del ser fueron tus brazos

¡Corre hacia ella bebe!

haz que la carrera termine en un abrazo.

 

Otro parpadeo...

 

Castigos de amor se confundían en el aire

todo por amor aquel ser

el niño cierra su corazón y abría su boca

en el silencio, ella se dedicaba a amar.

 

Su inocencia desaparecía,

sus brazos querían vestir con fuego a su primogénito

el tonto joven un témpano de hielo

el joven aun no entendía de amor.

 

La vida casi terminaba su trabajo

el ser se combirtió en hombre

a veces estudia, a veces ama, y a veces extraña

el hombre ahora razona.

 

(¡Hombre ámala en el ahora! Que la vida sigue.)

 Ella ya no está. El ser, niño y hombre esta sin abrigo. La vida ha completado su trabajo.  

 

El quisiera regresar a el ayer,

la busca por el mundo sin poderle encontrar

él ahora busca la mitad de su ser

(y aun siendo hombre)

no se da cuenta que ella vive en cada palpitar de su ser.