Hugo Emilio Ocanto

Memorias de un amante (POEMA) - Autor: SANTOS CASTRO CHECA - Intérprete: Hugo Emilio Ocanto

 

Memorias de un amante


…los avatares de una vida entre solos y añoranzas,
arrastran soledades, y olvidos. ¡No!, no me traigan las distancias
esos ayes y lamentos de un mal querido.
¡Cómo me trae la evidencia, ¡ay! amada, la afortunada sensación
del sujetar mis ilusiones... en el vacío, en la nada...!
Y ¡ah!, ciertamente, enigma:
¡una realidad inobjetable, tu y yo enigmas
que consienten el tormento de amarse aun lejanos!
Así, buscarte como un nómada airoso,
u indómito navegante hecho en la bravata de la vida,
o tal vez preclara ave de los cielos que vuele errante y moribunda
hasta tu cálido regazo...para morir de amor en ellos,
tus brazos, tus abrazos, o sucumbir en el intento de respirar
exánime, del febril aliento de tu respirar de diosa hermosa,
casta y pura hermosa diosa...
¡Fantasía, fantasía el poseer jadeante tu descubierto pecho
sin brasier de blonda blanca!
¡Oh! ¡Maravillosamente inolvidable el tirar airoso
de tus bragas rosa!
Más...soy un visionario sin cielo...aventurero
que busca en la inmensidad de un mar profundo
un corazón perdido... una sonrisa franca...
un respirar compartido en un blando lecho...
Tal vez sea hoja seca que olvidó el otoño
para perderse en las tragedias de los tiempos,
en los melodramas infinitos de la escena
de un monólogo en prosa..., sin embargo, amo a la vida...

Ama la vida un soñador que aún cree en el amor
en el éter de tanto olvido y dagas entre llagas
que sangran al alma con dolor..., que consciente de sus
departidas limitaciones abraza los devotos sentimientos
que puede amar con la más infinita de las ternuras...
Sin fin...¡ah! en compendio de ilusiones.
Que ama en el sosiego y hasta en la hora fatal
de una gesta sin final...

Soy aquel hombre que se volvió poeta
para un romance dar al dolor...loor al dolor
que encontró su musa en el silencio de la noche,
que hizo medianamente realidad sus crasas ilusiones,
y que supo mitigar el dolor del alma para conocer el amor
de una dama, en una ilusión que la distancia le robó
sus sueños francos...aquella divina ilusión
que le enseñó a amar con sus versos de oro que no eran para él...
versos que le hicieron creer de nuevo en el amor...



¡Oh!, bella, en el extravío de estos ensueños, dime:
¿realmente feliz eres en mi ausencia,
mi musa consentida, lejana, bien querida?...
¡Ah! sueños, sueños!...seguir aquí, bisando
la melodía triste que me hizo el soñar contigo;
devoto a tus pies rendido aún imaginando estoy aquí
a las sábanas blancas de húmedas provocaciones
envueltas en fuego y cenizas santas,
que con sombría dejadez, pueda ser yo
para siempre dios-mortal, que mi alma se calcine
en un sol de marzo y la luna se enternezca,
y una lágrima derrame entre celajes que adornen mi tristeza...
Y entre céfiros que ondeen mis visiones
irán mis soledades y esperanzas tras la hembra
que ancló su barca al puerto de mis ensueños,
provocándome luz y sombra en paradoja,
y la demencia de un celo inmaculado de imaginaciones concebidas
en esta abrupta soledad, de neuronas desgastadas...
En sincretismo de pasiones desahuciadas...



¡Oh! el disfrute complaciente del aroma de tu cuerpo,
mi hembra ausente; mi piel te añore en soledad...  

 

16/02/15





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