El imperio de mis ojos no deja de sujetarte
Frente a mí, como un niño nervioso, temblás ráfagas heladas
¿Por qué ese miedo?
¿Ya no recordás cuando era yo la asustada al borde del llanto?
¿Desmemoriado como alguien derrotado?
¿Negador como un pueril cobarde que se esconde?
Necesito que me mires a los ojos
Pretendo impulsar dardos de memoria a esos faros grises
No puedo cargar sola con ese recuerdo que perfora mi ser
Es momento de que te empapes de verdad
He de confesarte la mayor herida tras tu ausencia
Has de saber que tras la plenitud, como una azucena anaranjada, de mí nació un brote
Ese gajo nuevo no tuvo fuerzas
Me derroté sola, paria
Te busqué necesitando un hombro
Tu fuga total fue la muestra de no ser siquiera hombre
Vos, que tanto ansiabas tu fruto
Vos, que lo arruinaste todo
Vos, insensato arrebatado
Vos, insensible desdichado
Vos, desalmado
Vos lo engendraste
Vos faltaste
Y él no pudo
No sin los dos
No sin vos.