Yo quisiera pensar y no me dejan,
yo quisiera soñar y me lo impiden
y quisiera mirar y me aconsejan
y quisiera besar y me lo miden.
Hoy deshacer quisiera esa madeja
que atormenta al sentir del que esto escribe,
si lo que hago no gusta, se me quejan,
si a su orden no le atiendo me persigue.
Él, que quiere liberar su alma presa,
de sus garras librarse no consigue,
cadena que atenaza y alma ingresa
en la mazmorra cruel donde no vive.
Él, quisiera volar, sentirse libre
de los miedos, pesares y torpezas,
alas ser de ave que en el aire vibre,
y evitar de los vientos su crudeza.
Ser el agua que corre en la maleza,
sorteando saltar, llegando al mar
sacando a flote siempre la cabeza
y libre así, nadar, nadar, nadar...