Esos tus ojitos,
no me miren tanto.
Porque en un arrebato,
Juro que te rapto.
Esa tu boquita,
no provoque tanto.
En mi arrebato,
Me convierto en ladrón,
de besos de tus labios.
Mi dulce niña,
Manzana del pecado,
Resistirme ya no puedo.
Todo en ti me enloquece,
Ya no sigas niña,
Tentando a mi longevo corazón.
Pues de seguro pronto,
Morderé el pecado.