Me preguntaste por la razón de
mis mimos, que si eran amor...
Pues no lo sé, quizá sólo
el énfasis de la ocasión.
Mujer, con un candado he sellado
la cadena de un nacido pudor,
y allí encierro, además, los trozos
que le quedan a mi ilusión...
Pues de igual manera que un
castillo de enorme albor
cual guardia feroz protege al rey
de una posible traición.
Así mi pecho es un fortín que con
piedra estéril muestra su valor y
me defiende de cualquier musa
que osada revuelva mi inspiración.
Y sin embargo tu voz...tus palabras..
los besos que tatúan en mí tu ardor,
zarandean el candado que tan rudo
hace guardia a mi corazón.
Son tus caricias las que vuelven
cuerdo al delirio de mi locura;
es tu piel la que me desarma
de amor con sus benditas curas...
!!Es tu olor que me embriaga!!
Más licor tu perfume, que
cualquier licor que en la noche
mi cabeza a su beber abrume.
Porque el sol es de color gris,
perdió en mis retinas su fulgor,
pero que tu presencia en mis
despertares, le devolvieron el color...