Mi Padre me dice
desde el más allá,
¡No quiero verte llorar!
¡Te quiero!
Con toda mi alma
con todo mi ser…
¿No lo ves?
¿No lo sientes?
Me llevas en tu pecho
en lo más profundo
de tu ser…
Tanto en la vida
como en la muerte,
somos del Señor.
¡Él es, nuestro principio!
¡Él es, nuestro fin!
Yo estoy en mi lugar.
Es de allí de donde vine.
Es mi estado natural.
Nuestro estado natural.
¡El vínculo que nos une es eterno!
Modesto Ruiz Martínez / martes, 23 de febrero de 2010