En este tiempo sin ti; todas las horas
del reloj, mueren a mi costado,
esos suspiros de aire enamorado
son solo luces intemporales, cegadoras.
Sin ti el tiempo muere; las lunas soñadoras
se atrofian; mi corazón tiene un candado
de silencio que lo arrincona y deja amordazado,
el tic tac del corazón se paraliza
sus pulsaciones son solo rutinas incoloras.
Ahora sólo hay tiempo sin ti, tan gris, tan largo,
que no me alcanza para vivir, para sonreír,
el reloj me adormece en un letargo
de indiferencia a cuanto me habla,
a cuanto me rodea.
El tiempo viene y me aplasta como máquina,
que quisiera ser un segundo
para desaparecer al instante
cuando mi alma te busca y un te amo balbucea.
Te veo en el agua clara de la límpida laguna
donde en las noches de luna apenas tiembla tu cara;
te percibo en la playa persistente de olas
llorando en la arena y gritando mi amargura;
te respiro en las corolas de las rosas muertas
y se agria mi piel sin tu piel desnuda
cada noche, estando a solas,
te llamaría a la cama mía,
que seca se marchita en este tiempo sin ti.
Porque aun te siento en la ausencia
cálida farola que mi habitación alumbra,
en las cosas rotas que se revuelcan en el suelo
que hace tiempo fueron nuestras
y hoy son solo sombras. La mesa aún está servida
esperando por si algún día regresaras,
el pan aunque podrido alimenta las larvas
de mi alma sin vida, el vino aún conserva su color rojizo
porque a diario lo renuevo con la sangre mía,
este tiempo sin ti, ha sido un martirio,
quisiera me asesinara tu ausencia
y los recuerdos se alimentaran de mi cuerpo,
pero sigo vivo, pensando si algún día
volverás a vestirme de alegría.