Mil voces y un mil más
Mis feroces canciones
Y tus mil un poemas
Recuerdos de aquellas noches
De inciensos de plata
De oscuros minutos
Que mutaban a eternos
Y de clarísimas horas
Que pasaban como instantes
Nos unían millones de fragancias
Que paseaban por nuestros olfatos
Por segundos de a ratos
Aquellas melancólicas tardes pasajeras
De encuentros distantes
Y reencuentros de instantes
Que nunca se olvidaran
Aunque ya nos separen
Un millar de palabras.