Un grito de tu solo amor divino
recorre el vasto mundo de las flores.
Y sabiéndose extinto en sus colores,
al corazón expande en remolino.
No es mejor que peor ese sonido
que me induce a soñar con tus sabores
en la plena quietud de tus fulgores,
como quieto, veraz y compungido.
Si me aferro a tu amor, amor despierta
la configuración de tu presencia,
y en el ánimo queda como cierta
la cierta voz en ánimo y esencia
-Cristal de fe junto a la rosa yerta
que puebla el alma en esa tu inocencia-