Acude mi amigo, a este mi llamado
ven a los recuerdos, de tiempos lejanos.
Van a hacer tres años desde que partiste
hoy yo te convoco, acude a mi lado.
Para recordar, cuando creíamos en el amor,
y no teníamos ni idea, del día del amigo,
éramos fieles enamorados de la amistad.
preferíamos un abrazo, antes que un regalo
Cuando éramos plenos de juventud eterna,
Vejez tan lejana, que jamás nos alcanzaría.
Éramos dos guerreros invencibles
que por arma, por única arma,
esgrimíamos la espada de la juventud,
por armadura, nuestras ganas de vivir,
nuestra ingenuidad, nuestras ilusiones
nuestros sueños llenos de fantasías
nuestra inconsciencia, nuestra inocencia.
cumplimentábamos a nuestra enamorada de turno
con una flor robada de un jardín cualquiera
¡que bandidos éramos! ¿Te acuerdas?
es que en nuestros bolsillos no había una moneda.
una miserable moneda, siquiera para el tranvía de regreso.
¡Es que éramos adolescentes!
De pronto, así sin quererlo, sin pensarlo siquiera,
nos alcanzo la juventud, que seguía nuestros inquietos pasos,
ya la cosa cambio, se vino el trabajo el primer traje azul,
camisa y corbata, monedas en el bolsillo del saco
y papel moneda en el pantalón.
Jóvenes imberbes que todo sabíamos,
pichones de hombres; aprendimos a bailar tango,
boleros, samba, pasodoble, vals y que se yo….
Se abrió a nuestros ojos un inmenso espectro,
Futbol de primera en el estadio el fin de semana,
milonga por la noche, que jamás faltaba.
Talvez quede feo el decirlo, pues hoy somos personas serias
conocimos las “casas non santas” de nuestra primera vez
podíamos entrar a bares, jugar billar
sentarnos en alguna terraza a beber una cerveza,
Fumar un cigarrillo mirando pasar las chicas.
Si esta conversación de amigos ya ancianos,
llegase al oído de jóvenes muchachos,
dirían ¡de que hablan estos dos gerontes!!,
¿De mil años atrás?, al unísono les contestaríamos.
¡No!, jóvenes amigos, esto que escucharon,
parezca imposible, FUE AYER NOMAS.