Era una tarde
donde la luz
atravesó el
aire.
Y dio a sus
ojos el color
de lo que
sentía.
Y cuenta me di
de que su
cuerpo y
alma.
En perfecta
fusión se
aparecía.
Y por los ojos la
vi salir y rodear
su figura.
Y más tarde la vi
sentada a su lado.
Como una amiga.
Y me sentí sólo y
abandonado.
No puedo creer
me decía.
Que la quiera
como yo la
quería.
Y mientras el Sol
se ponía la oí
decir tengo
frío.
Y regresó por
donde había
salido.
Porqué celas y te
ciegas.
Me dijo asomada
a sus pupilas.
Me he mostrado
ante ti.
Qué más prueba
de amor quieres.
Perdón amada mía
mas no me beses.
Que tu llama está
prendida.
En el balcón de tus
ojos.
Y creo que me
desafían.
Olvídalos y cierra
los tuyos.
Y sus labios
rozando los
míos.
Dijeron, tengo frío.
En la tarde cuando
oscurecía.
Rafael Pablo