Abraham Castro

Kevlar y perdón

Tenso la cuerda

como hizo judas,

la paz no pasa por dios,

no es refugio la escritura,

no hay respeto que valga,

antros en minúscula.



Más lírica esta mierda

que cualquier pseudopoesía,

recargo los casquillos del revólver

de sentimiento,

perforo por el dorso

mi kevlar.



Cárcel de un barrote,

las palabras son imbéciles,

sólo hacen daño,

el arrepentimiento es la mayor

condena para mis pecados,

centésimo segundo perdón.



Centésimo segundo perdón

verdadero.