Más atrás, tuve mi biblioteca,
cuando la penicilina comenzaba,
después de un azaroso seis de enero,
cuando descubrí a los reyes magos,
días más tarde, bronconeumonía,
con el doctor Domingo Sánchez Peláez,
médico de cabecera en Texcoco,
fue la consulta para esta enfermedad,
recetaré un medicamento nuevo,
ni más ni menos, el descubrimiento,
del científico inglés el Dr Fleming.
Estuve en la cama varias semanas,
qué aburrimiento, sin jugar, de un niño,
sorpresa de regalo de la abuela,
una colección de cuarenta y siete
cuentos, que todo niño debía leer,
acabó el aburrimiento en la cama,
empezó el desfile de personajes,
se volvieron amigos del enfermo,
los siete enanos y la blanca nieves,
un gato con botas, ¡Qué disparate!
al de casa, nunca se las pude ver,
regalo de reyes, rifle de munición,
con ese le tiro al lobo feroz,
y salvaré a caperucita roja,
me tocaba la naríz por pinocho,
pensaba en sembrar los frijolitos,
subirme alto y contemplar mi pueblo,
conocí así, el mundo de la lectura,
sin la enajenación actual de la tv,
mucho menos adicción a celular,
porque desde aquél entonces, soy adicto,
a la lectura, los amorosos libros,
equipaje que cargo en mis cambios,
en momentos cambiantes de la vida,
un libro es mi más fiel acompañante.
Mi abuelita, Chaguita, cocinera,
de tantos estudiantes chapingueros,
me dió el mejor regalo, los libros.
contaminado por la modernidad,
ya no compro libros, los leo en Internet.
EL POETA DEL AMOR. 24-02-15.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.