¡CUÍDATE!
¡Cuídate de los cenutrios!
¡Cuídate de los bellacos!
De los soberbios incultos
y de los falsos abrazos.
Cuídate de los violentos,
de los de la mala leche,
de los del torcido gesto.
¡Cuídate bien de esa gente!
¡Cuídate de los mamones!
Del eterno fariseo,
cuídate de los cabrones,
chorizos de medio pelo.
De los del noooo “pero si”,
de los que te ríen las gracias
y en cuanto te vas de allí
te apuñalan por la espalda.
Cuídate de los “mandriles”
y de los cantamañanas
y de los “correveidile”.
De quien falta a su palabra.
Cuídate del Hideputa,
de los que te hacen la ola,
de los que tienen la culpa
de tanta pena traidora.
Y no olvides de cuidarte
de esos que siempre la arman,
de los del puñal y el bate.
De esa panda de “fantasmas”.
De los del “por ahí te pudras”
de los que la dan con queso,
de los alumnos de Judas
y su academia de besos.
Cuídate de los idiotas,
de los tontos redomados.
¡Cuídate de los berzotas
y de los Idus de Marzo!
Viento de Levante