Hay fuegos que no se apagan con un simple balde de agua fría
porque son fuegos que la pasión
mantiene su esencia encendida.
Son fuegos que por las noches nos ponen las sábanas tibias
al sentir que llega una avalancha
de besos entre sus rimas.
Son fuegos atroces feroces si tu no los dominas
que te pueden quemar el closet
ni que decir la cocina.
Son fuegos que te acompañan donde vayas todos los días
a pesar de que el te desarma
Y te deja con arritmia.
Si tu supieras el fuego que enciendes cuando me olvidas
si lograras entenderme
y devolverme tus caricias.
Dámelas todas a mi y verás como enciendo esta pira
Que a mi alma si le basta
tu piel que por ti delira.