El, me hizo volar como gaviota por los vientos de pasiones,
me hizo caminar por las alas de los aires del amor,
en donde los senderos no fueron más que rosas rojas
y sus besos brazas de volcán en erupción.
El, me guio de la mano por los bosques de ternuras abundantes,
y sobre un pedestal de entrega como su reina me exhibió,
Para que yo me sintiera la diosa de las flores
cuando el con sus otros amores me engaño.