Se me va la vida
se me van los años
aun cuando mi alma
está en el cenit del cielo
pronto el sol de mis días
llegará a su ocaso;
entonces buscaré en el firmamento
el cadáver de una estrella
para colgarla en mí pecho,
iluminar mis ojos
con su luz apagada
y mirar al mundo callado
con el silencio muertos de las estrellas.
En ese ocaso gris de la existencia
contaré los sueños en hilachas
de esas noches vacías en la almohada
suplicando a la luna un rayo
iluminado con el beso de tu boca,
contaré en esas lejanas postreras
aquellos cantos escondidos
en las notas de la guitarra
reteniendo las suplicas de tu vientre
y los orgasmos fallidos
a mitad de la alcoba.
Buscaré en el silencio
la voz sublime de tus pasos,
las semillas germinadas
de un amor que un día palpitó
en los huesos de esta tierra
y las flores radiantes fecundas
rociadas con el sudor de las manos
sangrantes y dolidas de un ángel
que voló a un mundo desconocido
donde no hay patria, donde no habrá Dios
solo quedamos nosotros parados
en el umbral de este mundo
donde miro pasar los días,
donde miro pasar los años.
© Emig Paz