Mis lágrimas han cesado,
mi alma ha rejuvenecido
desde que tú has partido
toda mi vida ha cambiado.
Ya no tengo quien marchite,
los días de mi alegría,
ese tu amor ya no existe,
fue un sueño y una fantasía.
Yo no te guardo rencor,
solo puedes ser un conocido,
pero te pido un gran favor,
que entregues mi amor perdido.
Ya no tengo quien me grite,
ni quien golpee mi cuerpo,
tu amor en mí ya no existe,
lo acabaste tú y el tiempo.
Pero es menester que sepas,
que tus hijos te tienen dentro,
ellos preguntan con lágrimas
y respuesta no encuentro.
Tu vida no me interesa,
la mía déjamela vivir,
te saque de mi cabeza,
porque solo me enseñaste a sufrir.
El adiós ya ha llegado,
porque nunca me quisiste,
sigo siendo el ser amado
de los hijos que me diste.
Ya no es menester tu presencia,
pues vencí a la soledad,
sácame ya de tu existencia,
porque hoy encontré la felicidad.