Hoy, que un año más cumplo
en mi vida, con sinceridad deseo
hablar, del fardo que llevo en mis
espaldas, donde guardo la experiencia,
de los años que he vivido y el recuerdo
de lejanos dias, donde la prisa de aquel
tiempo atrás ya se ha quedado.
Ahora, otra etapa de mi vida
estoy viviendo aunque en mí,
ya no exista primavera pero
mi otoño, siento placer de disfrutarlo
porque Dios me ha dado el privilegio
de ver llegar todos mis años
y poseer un cofre de recuerdos
de imborrables momoentos que he vivido.
Es, que aunque el arado de los años
surcos en mi piel ha ido dejando
y de los hilos de azabache que en
mi juventud eran mis cabellos,
ahora en mis sienes y mi frente
en hilos de plata se han tornado.
Pero en el cambio, no siento pena
ni nostalgia porque entiendo,
que forman parte del pasado.
Por eso, el fardo de los años
que llevo en mis espaldas,
lo llevo sin lamento aunque
aumente con el tiempo, porque
es un privilegio en el humano
al que Dios le da la dicha de cargarlo.