Llévame a ese lugar al que sólo tú puedes con tus ojos, con tu piel, con tu sonrisa y con tu aliento... transportarme. Allí te diré todo lo que siento y lo que pretendo contigo. Romperé el silencio que me ahoga y agitando mi brazo con toda mi fuerza sacudiré mis miedos, apartándoles como al polvo de un libro viejo… Y después… Tendrás ante ti, un hombre incompleto, sin terminar, un libro con páginas en blanco y un lápiz, para que con total consentimiento escribas en ÉL y seas la historia que le haga grande.