rodulfogonzalez

SOÑEMOS

 

 

Nada cuesta, niña mía, entregarse

Al banquete exquisito de soñar:

Cerrar los ojos, poner a volar

Nuestra  imaginación para embriagarse

 

De tanta fantasía  y deslizarse

Suavemente en el turbulento mar

Para sentir sus olas galopar

En nuestros leves cuerpos sin cansarse.

 

Soñemos, amor, que a la gloria vamos

A gozar en la celeste  pradera

De juegos seráficos y  ternura

 

Prodigiosa que tú y yo contemplamos.

Yo otoño;  tú radiante primavera

Bendecidos  por Hypnos… gracia pura.