Hubiera querido ser el aire
que expande tus pulmones.
O el sonido de la \"M\"
que es preludio de tu beso.
Tu beso mismo que es a mí
como el oxígeno que inhalo,
como la sangre que corre
por mis ríos carmesí.
Méceme con el arrullo
de la dulzura de tu voz,
que es vaivén de ola suave,
brisa de mar fresca
que apacigua el calor
de una noche veraniega.
Que es abrazo sin tu abrazo,
que es caricia sin medida.
H. S. S.