Prisionero de la flor
que sui generis abrió en mujer,
atravesando la sombra de mi
invernadero
y desnudando mi ser soñador,
con el aroma fragante de su belleza,
adornada con ese magnetismo arrollador
que le brindo la naturaleza.
La tierra la halagó con desbordante
ternura
y ascendió a la corriente,
que de la montaña baja clara y pura,
internándose en mi corazón
con suavidad exquisita,
quedando preso de la hermosa flor
que abrió en mujer....