Deja… cobijarme, con las ramas de tus manos/
y perderme, en el verde de tus ojos/
deja… amor; fundirme en tus labios rojos/
y renacer, en el volcán de tus cabellos.
Deja… volar sobre el azul de tus mares,
y caminar/ sobre nubes de tu desierto,
deja… construir castillos en tu puerto/
y navegar sobre la barca de tus pensares.
Deja… ser el canto de tus mañanas/
y estrellas que en noches te arrullen,
deja… el viento juegue tus pestañas/
y las aves, un te quiero murmullen.
Deja… ser de tu piel, fresca brisa/
deja ser amor, el sol que te acaricia/
el te amo que a tus oídos se desliza,
y en tu boca probar/ de tus frutos la delicia.