En la impúdica desnudez de mi espacio,
te habito alfarero de vidas,
corsario de leyendas,
vagabundo eterno de mi cuerpo,
me caminas despacio,
me modelas.
Vas destejiendo tiempos y destiempo,
encadenas con lazos de sedas mis muñecas.
Erguido y altanero
cruzas barreras,
no hay fronteras.
Llegando hasta mis costas,
besas mis muslos,
playa serena,
flujo y reflujo de la marea.
Me posees... desprovista de vergüenzas,
tan mística y tan pequeña,
haces en mi un alma nueva,
sin tiempo,
sin retorno,
una loca quimera.