Te ví en un punto:
terriblemente hermosa,
terriblemente ajena,
lindamente nívea,
lindamente estrella.
Cada punto de mi cima noche,
cada estrecho y repetitivo horizonte,
cada pasillo poblado de besos,
cada calle abandonada de ecos.
Te forman y deforman asiduamente.
Corrientes caracol de pensamiento.
Esquinas de días y puentes de noches.
Lunas de concreto y soles de amuleto.
Eso fuiste hoy, mañana, no sé.