Doña cuchara
se puso a llorar
por que la ensalada
sabía muy mal.
El tenedor
también entristece
por que hay mal sabor
en los entremeses.
Y hasta el cuchillo
sufre su dolor
por que el queso amarillo
no tiene sabor.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela