El embeleso en el que el destino nos ha envuelto,
se ha de disolver, y es por mí que ya acaece,
te suplico no me juzgues, no podré con el remordimiento,
te amo eternamente y tener que hacer esto me mata,
no quiero que viertas tus inocentes lágrimas,
rompamos ya con un beso todo aquello que nos ata,
los días transcurrirán y yo evitaré mi retorno,
y lo mismo tú, no deberías buscarme,
hagamos esto con el mayor aplomo,
porque es probable que esto sea lo más idóneo
para los dos en este trance tan atroz.