La muerte, atenta, siempre espera en mi zaguán
en un descansillo adormilada y quieta,
al igual que siempre aguarda este poeta
un poema genial que incite al qué diirán.
Dos hechos son por igual, dos intenciones,
mas sólo uno se cumplirá a ciencia cierta,
la segunda ya es posible nazca muerta
pues la muerte ha de llegar sin dilacciones.
Ambos dos también provocan emociones
las unas agradables, otras inquietas,
que afectan por desigual a corazones,
Cuída bien el empeño que tú pones
si te equivocas, enmienda tus cuartetas,
pues la muerte no te admite correcciones.