No vengas ahora
porque los ojos azules me duelen
y las noches se desgastan en tu nombre.
No vengas ahora
porque tardo en olvidar las esperanzas
y el cultivo de tu aroma , no cosecha equivoco el olvido.
No vengas ahora,
que la tarde ha dejado puestas sus horas en vaivenes
y pensar en tu regreso, las hace más lentas y vacilantes...
No tardes y aléjate pronto
pueda que un susurro tuyo me destroce por completo
en los mares orbitántes, la intensidad del fuego
y mis ojos nuevamente se ahoguen sedientos...
No vengas, te lo pido
si mi puerta la conoces, y el camino que te trae
te acompaña,
no tendré otro remedio, que disponer de nuevo
mi alma a tu esperanza.