Ven a transitarme otra vez, amor,
no me importa el daño que me hagas,
es preferible sentir dolor,
a no sentir nada...
Saldré a la calle otra vez,
a capturar la vida,
y me haré la ilusión,
sea lo que sea que consiga.
Después de todo, últimamente
lo que soy es un ladrón,
sólo vivo amores prestados,
por otros padres, sus hijos...
y, ¡hasta enamoro
a las esposas de mis amigos!,
(cuánto desengaño...
cuánto luchar para nada...)
Y, si no me encuentras cuando vengas,
si no estoy... espérame, que vuelvo...
sólo ando por ahí... por la calle...
Pero estoy... siempre estoy.