¿Sentir?
Eso es lo único real
para poder comprender
esto que llevamos dentro;
esta puja maldita de un ir y venir
entre lo desquiciado, lo divino….divino…
ese sentimiento de estar,
de pertenecer,
de ser;
no queda nada
después de sentir lo bello.
Cada reflejo que nos inunda el alma,
cada sensación,
cada perpetuación del tiempo
en nuestro pensamiento,
es ese ser,
eso que vemos y anhelamos
adentro.
¡Ah!
Ese suspiro
que se ahoga en el viento;
ese palpitar,
ese sonsoneo del tiempo;
esa pausa,
ese momento eterno.
Sentir con ansias de vivir,
hacer el instante nuestro,
puro y sincero,
sin alejar
el impulso
que viene al acecho;
dejar fluir,
pensar solo en lo eterno…