A estas instancias de mi vida,
después de tantas guerras y batallas perdidas
aún puedo respirar la pureza de tu perfume,
ese inconfundible aroma que emite tu alma
ese con olor esperanza y sabor a pastel,
y como si no bastara
mis oidos se estremecen al escuchar tu melodia,
esa que me mantiene en vela por las noches,
esa que me recuerda que eres tú, mi poesía;
porque es sencillamente hermoso
ese momento de intriga y alegría
ese en que mi corazón se acelera,
ese en que tu mirada desciende sobre mí.