Si a cruzar mi camino te niegas,
le diré al viento que silba en la enramada,
mis secretos mas escondidos para que el grite
y los escuchen tus oídos, rozara tu cara,
se extenderá en un abrazo en torno tuyo
hasta estremecer la curva de tu espalda.
Quiero hacerme río, para arrasar
tus corrientes de nostalgia,
un río que roza, y besa, y huye,
que entre lunas despedidas canta.
Si fueras sueño en devenir constante,
pensamiento frívolo y fugitivo como paso de agua,
sería un puente que te pierde en la añoranza
o un dique macizo que te detiene y embalsa.
Si por lo difícil hacia ti no llego,
si acaso encuentro obstáculos, reveses y trabas,
he de llegar a ti por la fácil vereda de tus besos
aunque me cueste la mitad del alma.
Esperaré el galope de las horas,
esas que nunca llegan o lentas se suceden;
llegaré a ti a golpes de ocasos y de auroras,
y no podrás evitar que en tí se enreden
sus sombra a veces calladas a veces sonoras,
y en lugar de avanzar en tí se queden.
Si el tiempo se duerme muchas noches y días
seré reloj de arena que renace en las vueltas
que la tierra da en tu cabeza y me quedaré
dispuesto y agonizante entre tus manos
que son hiedras inmóviles y vacías.