Juan Andrés Vivas Ordóñez

Ella rozó mi mano.

La oscuridad impenetrable nos cubría con su manto

 Estabamos solos, en nuestro diminuto universo

Su suave respirar era mi canto

Sus delicados suspiros eran mis versos.

 

Su delirante presencia lo alumbraba todo

Su mirada irradiaba placer como ninguna

como aquel joven ocaso que lúcido a su modo

agonizaba regocijado por amor a la luna.

 

Ella buscó mis ojos para regalarme calma

Yo traté de evitarlos mas todo fue en vano

Yo le entregué mi vida, yo le mostré mi alma

Ella miró mis ojos, ella rozó mi mano.