42 QUE LA SUERTE TE ACOMPAÑE
De mi amor, te di lo mejor,
Y no supiste aquilatarlo,
ahora vas por el mundo sin rumbo,
tal vez así sea tu destino.
Pero dijiste “te amo” y yo te creí,
como creen los enamorados,
¡Locos perdidos vendados los ojos,
para ver de su amor, lo mejor!...
¡Y luego me culpas, me culpas!...
llevo puñales clavados en el corazón
de tus celos, tus agravio y tu desprecio
¡Y aunque palabras… queman, hieren y matan!
¿Qué te perdone? ¿Cómo podré?...
me enseñó mi madre que es mujer sabia…
“Hijo no ofendas a nadie, para que nunca pidas perdón”
y yo a nadie he ofendido, por eso, no sé perdonar.
Aunque mucho te he querido… ¡Sabré olvidarte!
y antes que digas que tu olvido es mi castigo…
ya alisté tus maletas corazón…
Ve con Dios y que la suerte te acompañe.
Delalma
Miércoles, 24 de febrero de 2010