La desgracia eterna de un olvido,
que se adentra cada vez mas en mi pecho,
que se marca cada vez mas en mi,
duele tener la vida y no querer vivírla...
El infierno que habita en mi,
es impredecíble, tajante y frío,
discrepa de la realidad y corta el dulce sabor de la felicidad...
Cuentame al oído, que puedes escuchar?
que dicen tus pensamientos?
aprende a escucharlos,
por que los míos te harían temblar...
Entierrame en este infierno,
del que no puedo salir,
donde mis manos se llenan de cicatrices,
donde mi cara es aplastada contra una triste inmensidad de la cual no soy parte.
Una vez mas,
aprendo a vivir en este infierno,
que es solo mío y no tiene piedad,
una vez mas le digo a mi sombra,
que se oculte de mi realidad...
El infierno que existe en mi,
difiere de tu amor,
este infierno que me pertenece,
me da el placer de vivir y morir en el intento.