¿Sabes por qué antes te gustaba más? Porque al principio te gustaba yo, eso, así de simple; lo que hacía, lo que decía, como me comportaba, estabas maravillada conmigo y yo contigo, por eso también te provocaba todo el rato, tenía detalles inesperados que te volvían loca y hacía todas esas cosas que ahora extrañas, ¿Sabes por qué ahora no soy así? ¿Sabes por qué ese chico que tanto te gustaba ya no está? Porque tú mismo lo ahuyentaste, lo asustaste tanto que salió corriendo de tus prohibiciones, de tus celos, de tu desconfianza, de tus ganas de cambiarlo y de ti, aunque dijeras que eran sólo ganas de que fuera «mejor persona», y puede que sí quisieras que fuera mejor, pero lo buscabas del peor modo... He intentado cambiar tanto que a veces ya no sé ni cómo comportarme contigo, qué hacer para complacerte, qué decir o qué debo callar por miedo a que te alteres; simplemente ya no te comprendo, tienes miedo de perderme (creo), y sé que no quieres (o eso espero), pero tu actitud me está obligando a alejarme de ti, lo estás volviendo imposible; hablas de hacer cambios y ese es precisamente el problema, los malditos cambios. Yo me enamoré de ti tal y como eras y nunca había intentado cambiarte hasta ahora porque me estás obligando a hacerlo, ni siquiera he intentado dejarte cuando me has dicho lo peor de ti, en cambio tú quieres que cambie y lo he intentado, lo juro, pero mira, tampoco te gusta. Esa chico espontáneo que era fue que te enamoró, sin embargo ahora siento que debo calcular cada movimiento, ya ni siquiera puedo escribir(te) con libertad sin que digas algo o pienses mal, no me siento dueño de mi tiempo, de mi cuerpo ni de mi vida, entiende que no te he entregado nada, simplemente quería compartirlo contigo, eso y todo lo que soy sin ningún tipo de variación o alteraciones. Yo no quiero cambiar, no quiero dejar de ser quien soy, no quiero perderme; si me quieres así estarás en mi vida, de lo contrario prefiero decirte adiós de una vez por todas.