Ayer llegó con llanto negro
a esta tierra cubierta de bruma,
con alas negras en pleno vuelo
cubre la noche hasta la alborada.
Ayer una navaja blanca atravesó
el pecho a un ángel en ancas
llevado mustio por cuatro caballeros
vestidos de levita color ceniza
llenos el rostro de máscaras blancas.
Una calamidad galopa sin tregua
las calles y caminos de blandas piedras
cabalga sin prisa llevando el hacha
el hacha asesina que a ciegas mata.
No hay tumbas ni flores rojas
para los muertos caídos sin mancha
solo un libro con hojas de cera
anotados en el olvido de la añoranza.
© Emig Paz