El nudo.
No niego que quizás fui demasiado rudo,
pero debía deshacer ese cruel nudo;
un agudo dolor que traigo desde antaño,
pero a pesar del tiempo, aún hace daño.
Perdóname por herir tus sentimientos,
sé cuán difícil es olvidar esos momentos;
pero tenía que terminar de un tajo
lo que construímos con tanto trabajo.
No espero que perdones mis errores,
ni espero que te guardes tus rencores;
tenerte, para mí, ya era un tormento
puesto que me esquivabas en todo momento.
Afortunadamente mi equipaje es muy ligero
y mientras lo preparo, te reitero:
te dejo en libertad porque te quiero,
si decides volver... aquí te espero.
04/03/2015