DELIRIOS
Idilio negro,
¡fuego!...Luego ceniza,
¡escuchad, escuchad a mi diosa!
_ ¡Ya tropiezo, ¡Dios!
Adonde mi llaga sufre
y en el calvario
negras heridas, ¡brechas en mi alma!
Y ella se levanta
bajo un cielo blanco,
sin mácula, santo; mas, yo le imploro:
_ ¡Ven, hermosa!...
Más allá de un valetudinario monte,
¡nuestro albergue la esperanza!
Ella me responde
con pretensión no infinita:
_ ¡Oh! Mi vida es un monstruo,
sin posibles,
¡imperfecta!
Y me reclama, ¡por Dios, me reclama!
_ ¡Ven! En medianoche al infinito
que amor no es psicosis. Amor:
¡Tuya en proscrito sacramento!
Y de este avatar yo le respondo:
_¡Ven, esplendor, a mi agónica mañana!...
para sanarte las heridas
que al incienso de amores santos
solo queden cicatrices...
25-02-15
Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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