En un mundo en el cuál se nace para morir,
Opté por morir dignamente.
Opté por sobrevivir y no por vivir;
Hallé la infelicidad.
Intenté volar
y la gravedad se burló de mí.
Hice poemas a la luna
y ésta me humilló;
me delató.
Escribía y el realismo me lo impidió.
Vivía feliz y ciertas ciencias me hicieron infeliz.
Al menos
entendí el motivo de mi muerte:
La infelicidad
se propaga de manera más difícil que la felicidad.
El mundo se infectó del virus del cuál debía infectarse.
Me abrazó la ambición,
y descubrí que la cantidad genera cualidad y no viceversa.
Opté por matar a ser matado,
Por aclarar quien soy y por ende a imponer.
Traté de dominar el sismo
antes que él a mí.
Nací feliz y no mi empresa sino la de todos,
fue buscar la infelicidad.