Somos como riachuelo y río,
que después de recorrer
montañas y llanuras, por
virtud de la naturaleza
convergen en un mismo lugar,
donde forman un afluente
que los convierte en uno solo
y al juntarse las aguas de sus lechos,
son mas caudalosas por
la fuerza de los dos.
Asi ha sido nuestro amor
desde que nos conocimos
que fue un encuentro, donde el
niño de la flecha, a los dos nos disparó
haciendo que nuestros corazones,
de un flechazo se ensartaran
para amarnos sin podernos separar.
Desde entonces, mi alma se
se convirtió en vencejo que
nunca para de volar, igual al
cóndor de los andes, que cuando
alza vuelo, parece dirigirse
hacia el espacio sideral.
Asi me sentí yo al encontrarte
y a los dos nos cautivó el embrujo
del amor, amándonos con mas
fuerza cada día y robándole al
tiempo, los mágicos momentos
que vivimos haciéndonos sentir,
como el río y el riachuelo que al
unirse, nadie los puede separar.
Asi es nuestro amor, que solo
cuando Dios nos haga perecer
solo asi nos podremos apartar.