Lenta agonía en segundos inmóviles
Nada consigna persistente
En mi noche de luna de ártico otoñal
Gélido respiro, inconciente es mi deambular
La verde tenue blancura horizonte total
La vida comienza su mortal decisión
Al amparo de la triste soledad del olvido
Las estrellas se alejan y solo la luna me alumbra
Ni fuego ni calor ni ternura
Todo silencio mi pensamiento enmudece
Mi cordura se desvanece
Ya no quedan sueños o recuerdos
Y mucho menos esperanzas o ilusiones
Todas las fantasías y los anhelos
Han sufrido fatal derrota
No me queda ni hambre ni miseria
Desamparo cruel
Alimenta la pereza de la impasible luna
Mi visión diminuye lentamente
Solo quedo en tiniebla
Pablo Mistral