Soñador Secreto
¡Qué bello es escribir!
¡Qué bello es escribir!
¡Qué bello es escribir lo que se siente!
No importa si la pluma ya está rota,
ajada, triste, vieja u oxidada;
mirando al monte o sentado en la costa.
Ahí pasa un barco que atracará en el muelle,
con tantas ilusiones en su casco
como algas en el mar de los sargazos;
como sombras de sol en el ocaso.
¡Con cuántas decepciones desembarcan
aquellos que no viajan por placer,
o esos, que sintieron sin querer
cómo fueron enfriando en sus abrazos!
¡Qué bello es escribir lo que se siente,
nada importa si llueve, nieva o hace frío,
dando igual si se convierte en desvarío
la locura que nublará tu mente!
Se escribe de lo bueno y de lo malo;
con rabia, con sollozo, con bondad...
Se rasga el papel con la maldad
que sale por tus poros de lo insano.
Aguas, tierras, amor, pornografía,
risas, burlas, misterio, pesadumbre;
todo aguanta el papel, la podredumbre
que se quiere llamar arte y poesía.
¡Qué bello es escribir,
es la costumbre de hacer lo que queramos, justifica;
no importa qué digamos...,
¡está rica la vianda que se cuece con la lumbre!
¿Cuántos perfumes cabrían en un frasco?
Depende del tamaño que acostumbre.
Autor: Ramón C. Infanzón
Soñador Secreto