Nunca me faltas, eres puntual a la cita
siempre que me dispongo a escribir;
eres amplia, silenciosa, eres infinita,
hay palabras en tus silencios que logro oír.
Eres mejor compañera que mi sombra
porque siempre estás y ella a veces no,
dentro de mí oigo a mi alma que te nombra
y el corazón que me late ya te mencionó.
Soledad eres quien cada noche me escucha,
la que sabe de mis pensamientos escondidos;
testigo eres de mis realidades, de mi lucha
y entiendes por qué me duelen ciertos olvidos.
Percibes cuáles son las penas que me acorralan,
la dimensión de esta suerte que no merecía,
ves cómo desde mis pies las sombras escalan
y a veces no me dejan ver la propia sombra mía.
Agradezco tu compañía aunque seas intangible,
es raro, lo intangible a veces puede abrazarse;
te pareces mucho a cualquier sueño mío imposible,
la diferencia es que ellos han sabido esfumarse.
Ah soledad, de verdad qué buena compañera eres,
siento tu abrazo cada noche fuerte, muy sincero;
tan buena compañera has sido que ni te mueres
esperando me imagino, que muera yo primero.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
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Twitter: @poreros
Publicado el 5/3/2015
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