INOLVIDABLES E INMORTALES
Según se nos van pasando los años,
con sentencia de estricto Juez Supremo,
el verdugo Tiempo ejecuta daños,
a nuestros cuerpos, ya viejos y enfermos.
*
Pero, ante esta ejecución impiadosa,
impropia de inteligencias selectas,
hay cosas que sobreviven, hermosas,
¡son nuestras ilusiones más perfectas!
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Y, además, las acompañan, con ellas,
muy lejanos recuerdos amorosos
de pasadas sensaciones ¡tan bellas!
de mil antiguos cariños ansiosos.
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Ni lágrimas, suspiros o deseos,
ni sed insoportable de venganzas
-en planeta en que vamos de paseo-
lograrán que perdamos esperanzas...
*
Accedo a inolvidables e inmortales
energías que emanan, muchas veces,
(sensaciones y amores, formidables)
en un minuto, en días o en mil meses.
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Años que en nuestras vidas nos amamos
con caros sentimientos -y es por esto-
que, aunque se hayan diluído, gozamos;
¡jamás pueden perderse, por supuesto!
*
Así, estas inmortales energías
manifiestan recuerdos informales,
que, en cada momento de nuestros días,
nos obsequian sueños... inconfesables.
*
Mientras estas memorias imperdibles,
junto a aquellas partidas tan temidas,
la insegura esperanza, indefectible,
de guardar la experiencia conocida
en bagaje de mil eternidades,
¡aportará energías increíbles!
*
Si es que hemos cometido mil errores...
si es que hemos extraviado mil pasiones,
acompañan recuerdos, sensaciones,
que nadie quitará -¡ni a los peores!-
¡con su extraña ficción de borradores!
*
Eduardo Faucheux
05-03-2015