Yo hoy he perdido mi portfolio
en la ciudad de Quito
en un taxi o quizás en un bar. Sólo unos folios
llevaba. Nada de interés. Algún escrito
con ocurrencias de las de andar por casa:
unos poemas sobre el amor, la muerte, diós y alguna guasa
para a la vida echarle algo de sal. Espero
que la persona que lo haya recogido sepa al menos leer
y que, una vez abierto, al ver
su contenido,
reprimido, no haya soltado un exabrupto
recordando a los familiares que yo quiero
o acusándole al azar por su mal fario.
Y al contrario,
aunque ya sé que resulta pretencioso,
quedara de mis poemas prisionero
dándole gracias a dios y al mundo entero
por un hallazgo tan grato y tan valioso