El prodigio de la vida es nuestro interior
Pero se va ennegreciendo con el dolor
Las fallas que nos hacen llorar y odiar
Y las caídas que crees no superar
No dejes decaer al ente sacrosanto
Que se oculta en tus adentros
Limpia sus heridas con un poco de llanto
Pero aléjalo de malos sentimientos
Acaricia cuando la vida te golpee
No falles cuando te decepcionen
Ayuda cuando nadie te levante
No mientas cuando te traicionen
Si sabes como duele ese choque
Abraza y jamás lo hieras
Si recuerdas el daño de ese fraude
Solo entrégale lo bello que tengas
Si entiendes lo difícil de volver a pararse
Tiéndele tu mano y ofrécele tu apoyo
Si aun repasas el pesar de que te mintiese
No le entregues el suplicio que fue tuyo.
Convierte tus dolores mas grandes
En dones prodigiosos para otros
Porque solo de los llantos mas garrafales
Nacen los aprendizajes mas hermosos.